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‘No necesito el miembro para servir a España’

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    ‘No necesito el miembro para servir a España’

    Escrito el 07-07-2008 por dosmanzanas



    El mundo El sueño de Aitor G. R. era ser militar. Desde la infancia, cuando jugaba con la pandilla de los niños a los soldaditos y a la guerra, supo que estaba llamado a “defender España”. Como mínimo quería llegar a teniente. Por eso, cuando el tribunal médico militar que le examinó en febrero del año pasado le soltó a bocajarro que no podía ingresar en el Ejército, a Aitor se le vino el mundo encima.
    - ¿Alguna operación?, le había preguntado rutinariamente la doctora que le reconoció.
    - Bueno, sí, hace dos años me hice una mastectomía [cirugía para extraer los senos], dentro de un proceso de reasignación de sexo. Y estoy en lista de espera para que me pongan un pene, le había respondido Aitor, que se vio forzado a añadir, como justificándose:
    - Es que soy transexual.
    Cuenta Aitor que a la facultativa se le cambio la cara. Que negó con la cabeza. Que le dijo: “Lo vas a tener difícil, Aitor”. No le dejaron ni hacer las pruebas físicas. El “no apto” llegó después, en una comunicación oficial y por escrito. Los motivos fueron dos: la “falta total del pene” y la “pérdida, ausencia o atrofia de ambos testículos”.
    Así aparecen recogidos en el Cuadro Médico de Exclusiones de la resolución 452/38002/2007, junto a otras razones que imposibilitan el acceso a la carrera militar, como ‘enfermedades infecciosas y parasitarias’, ‘tumores malignos’, ‘epilepsia’, ‘psicosis’, ‘trastornos mentales’, ‘linfomas’, ‘déficit intelectual’… En total, se describen más de un centenar de ‘afecciones’ en esta resolución, aprobada en enero de 2007 por la Subsecretaría de Defensa para convocar plazas de militares profesionales de tropa y marinería.
    La falta de pene y de testículos figuran en el epígrafe correspondiente al ‘apartado urogenital’ (la letra J), junto a la ‘ausencia de un riñón’ o a la ‘incontinencia urinaria’, otros dos motivos para no ser admitido en el Ejército. Pero también hay un apartado de ‘ginecología’ (la letra K) dedicado especialmente a las mujeres.
    ‘Yo no estoy enfermo’
    “Yo no estoy enfermo”, asegura Aitor, de 28 años, desde su casa de un pueblo de Jaén. “Puede que todavía no tenga los genitales masculinos, pero, que yo sepa, esto no es ni una incapacidad ni una minusvalía, como parece que se desprende de la resolución”.
    Aitor no se dio por vencido y, a pesar de la “humillación” que sintió, recurrió el fallo. Primero, a la Comisión Permanente de Selección, que le volvió a vetar la entrada tras otra revisión médica, y después, a la Subsecretaría del Ministerio de Defensa. Hasta hoy no ha recibido respuesta.
    Y eso que hay precedentes que le dan la razón. En 2004, la Armada admitió a la primera militar transexual: María del Mar (antes José Antonio) Gordo Pantoja obtuvo la autorización de la marina para reincorporarse como cabo tras cambiar de sexo. Dos años después, la Guardia Civil reintegró a la primera transexual del Instituto Armado, Alba (antes José Carlos) Romero, después de que un tribunal militar la hubiera declarado “inútil” por no tener gónadas.
    “Yo no voy a servir a España ni con el pene ni con los testículos”, argumenta Aitor. “Simplemente quiero ser soldado, no actor porno. El miembro no lo necesito para nada en este trabajo”.
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