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La juventud australiana, por el matrimonio igualitario

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  • La juventud australiana, por el matrimonio igualitario

    Los alumnos de la Newtown High School of the Performing Arts, un instituto cercano a Sydney especializado en artes escénicas, han dado toda una lección de tolerancia a Tony Abbott, el católico primer ministro de Australia, que se opone con fuerza a la aprobación del matrimonio igualitario pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Preguntado por la razón de tal oposición, Abbott tuvo dificultades para argumentar su oposición ante los estudiantes. Ante la abrumadora evidencia de que estos estaban a favor del matrimonio igualitario, el primer ministro no tuvo otro remedio que tomar nota y pasar a otra pregunta.

    En el que por otra parte supone un ejemplar ejercicio de transparencia con el que ni soñamos en la España actual, el jefe del gobierno australiano se enfrentaba sin red a las preguntas de los estudiantes en un ambiente distendido. En un momento determinado, una estudiante le preguntó: “¿por qué se opone tanto a legalizar el matrimonio gay?”. La pregunta fue recibida con una gran ovación por el resto de los alumnos. “Bueno, mira…”, respondió Tony Abbott. “No estoy en contra de que las personas tengan una maravillosa relación, estoy totalmente a favor de que las personas tengan relaciones de amor permanentes, pero supongo que se trata de una cuestión de definición”, añadió el primer ministro, en un tono poco convincente.

    “Hay un montón de gays en nuestra escuela. Tengo un montón de amigos gays, y es triste que no puedan casarse solo porque les gusta alguien de su mismo sexo”, le comentó en ese momento en voz alta otra estudiante. Una respuesta que fue recibida con alborozo por el resto de los alumnos, que la aplaudieron con fuerza.

    “De acuerdo, he captado claramente el mensaje. Pasemos a otra pregunta”, concede Abbott.

    Matrimonio igualitario en Australia: una carrera de fondo

    El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de lejos. Antes de las últimas elecciones fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio era primera ministra, Julia Gillard, era radicalmente opuesta, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de dicho derecho dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su último congreso nacional, celebrado a finales de 2011, los laboristas decidían incorporarlo a su ideario. Pero Gillard se encargó de convertir ese ideario en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó a los suyos y que finalmente desembocó en el fracaso de la iniciativa a nivel federal.

    El deterioro de popularidad de la primera ministra y las previsiones de una contundente derrota llevaron a Kevin Rudd a desafiar a Gillard y arrebatarle en junio el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (Rudd le devolvía la jugada a Gillard, que tres años antes hizo lo mismo con él). Rudd había hecho público su apoyo al matrimonio igualitario el pasado mayo, y eso pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard por Rudd no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones de septiembre Tony Abbott se convertía en el nuevo primer ministro al frente de un gobierno liberal-conservador. Abbott es conocido por ser católico conservador y por su clara oposición al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas a corto plazo de la aprobación del matrimonio igualitario, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del mismo, y de hecho el propio Abbott ha reconocido que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

    En este escenario político a nivel nacional los partidarios de la igualdad LGTB intentaron dar la batalla a nivel de los estados y territorios de Australia. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho en octubre su ley de matrimonio igualitario, pero esta fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre. Se cerraba así la vía de los estados, aunque el alto tribunal dejaba abierta la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal.

    Las encuesta de opinión, por su parte, muestran en este aspecto un divorcio claro entre la opinión de los ciudadanos australianos (un 65% de los cuales son partidarios del matrimonio igualitario, cifra que es aún mayor entre los más jóvenes) y sus políticos, reacios a aprobar este derecho. Mientras ello no ocurra, por cierto, la vecina Nueva Zelanda se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo para contraer matrimonio.

    Las estrellas de Modern Family, a favor

    Terminamos esta entrada con un delicioso vídeo de apoyo al matrimonio igualitario en Australia, protagonizado por dos de los protagonistas de la comedia Modern Family, Jesse Tyler Ferguson y Eric Stonestreet. Tras referirse a lo poco elegante que supone inmiscuirse en la política interna de otros países, los actores que encarnan a la pareja gay de la exitosa serie se preguntan cómo es posible que no exista matrimonio igualitario en un lugar tan paradisiaco como Australia, el país que ha visto nacer a iconos gays como Kylie Minogue, Olivia Newton-John o “Sandy, de Grease”. Cuando Ferguson le recuerda a Stonestreet que habían quedado en que no era correcto inmiscuirse en la política australiana, Stonestreet replica: “no se trata de política, sino de amor y derechos humanos”.

    La pareja (cuyos personajes, Mitch y Cam, están por cierto preparando su boda en la serie) acaba decidiendo cruzar el mar con destino a Nueva Zelanda, país en el que sí es legal el matrimonio igualitario:



    Se da la circunstancia de que Jesse Tyler Ferguson, el actor que interpreta a Mitch, es gay en la vida real, y él mismo contrajo hace varios meses matrimonio con el abogado Justin Mikita. Ambos son fundadores de la organización Tie The Knot, que colabora en la financiación de diversos grupos de defensa de los derechos LGTB.

    Fuente: Los alumnos de un instituto de Sydney se lo dejan claro a su primer ministro: la juventud australiana, por el matrimonio igualitario
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