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Boti García y Bea Gimeno, las activistas LGTBI más influyentes de España, llegan al ministerio de Irene Montero

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  • Boti García y Bea Gimeno, las activistas LGTBI más influyentes de España, llegan al ministerio de Irene Montero

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    Dos activistas LGTBI dentro del equipo de Igualdad de la ministra Montero

    Bea será la directora del Instituto de la Mujer y Boti ocupará el sillón de responsable del área de Diversidad Sexual y LGTBI


    Beatriz Gimeno (57 años) y Boti García Rodrigo (74 años), más conocidas como Bea y Boti, son las activistas por los derechos homosexuales más populares e influyentes de España junto al fallecido Pedro Zerolo y a la diputada transexual de la Asamblea de Madrid Carla Antonelli. Principales impulsoras de la Ley del Matrimonio Homosexual de José Luis Rodríguez Zapatero, su boda en diciembre de 2005 fue insólitamente oficiada por tres concejales de tres partidos: Zerolo (PSOE), Inés Sabanés (IU) y Luis Asúa (entonces del PP y ahora en Vox).

    En aquella época, el Partido Popular se oponía rotundamente a que las personas del mismo sexo se casaran, pero la pareja tenía carisma y un punto conciliador que le hacía granjearse las simpatías de todo el mundo. Nadie en el universo gay recuerda una boda igual. Lo que no logró el acuerdo político en el Congreso se forjó en un enlace donde se lanzó arroz, se escuchó a Pavarotti y se gritó "vivan las novias", una frase que entonces sonaba revolucionaria.

    Los nombramientos de Gimeno como directora del Instituto de la Mujer y de García Rodrigo como responsable de la nueva área de Diversidad Sexual y LGTBI, ambas dependientes del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero,
    son un guiño al feminismo queer más ortodoxo en pleno debate interno en Unidas Podemos sobre la prostitución.

    Gimeno defiende el abolicionismo, en sintonía con lo que piensa Irene Montero, aunque en su partido hay voces que están en contra de este planteamiento. Sus palabras en contra de la prisión permanente revisable -"No queremos más presos ni más cárceles", escribió en Twitter- y contra la gestación subrogada auguran una legislatura polémica. En las redes sociales se censuraba ayer a Gimeno por su "conservadurismo sexual" y se recordaba algunas de las cosas que ha dicho, como una tribuna en la que establece "las bases éticas" de las relaciones sexuales, o afirmaciones que consideran la heterosexualidad como "una herramienta política para subordinar a las mujeres", califican a los hombres como "opresores" y recomiendan que los hombres sean penetrados analmente por las mujeres para lograr una igualdad real.

    Las designaciones, en cualquier caso, reconocen un trabajo de décadas, primero de forma mediáticamente muy visible y en los últimos años de manera más discreta, pero siempre presentes en los foros donde se toman las decisiones políticas.


    Sus inicios en la librería Berkana y Chueca

    Bea y Boti empezaron en la época en que todo el movimiento se aglutinaba en torno a la librería Berkana de Mili Hernández, cuando el barrio de Chueca de Madrid todavía no se había convertido en un parque temático y cuando el sida seguía cobrándose muchas vidas.

    No existía la reciente controversia respecto a los vientres de alquiler ni tantas divisiones y subdivisiones de pensamiento en el feminismo. Entonces las lesbianas estaban completamente invisibilizadas. Pero ambas llegaron a ser presidentas de la todopoderosa FELGTB, que al principio se llamaba FEGL porque sólo defendía los derechos de los gays y de las lesbianas -los gays por delante, eso sí- y que progresivamente fue incorporando también a los transexuales, bisexuales e intersexuales.

    Boti, que había sido profesora durante una década, trabajaba en el Registro Civil y era la funcionaria más conocida de la sede de la calle Pradillo de Madrid, donde se encargaba de ayudar a las personas transexuales que querían cambiarse el nombre y el género en el DNI. Fue la cara amable de la Administración pública con un colectivo que tradicionalmente había estado muy discriminado.

    Bea, licenciada en Filología Semítica y autora del primer libro de relatos lésbicos de España, denunciaba el "machismo gay" dentro del movimiento homosexual, escribía artículos y libros e impartía charlas y clases sobre el feminismo.


    Bea, diputada por Madrid; Boti, en las listas de IU

    Siempre iban juntas a todas partes. Quienes las conocen dicen que "eran dos personalidades distintas que encajaban muy bien". "Boti era la relaciones públicas y Bea la intelectual. Beatriz fue el centro de los focos durante la aprobación del matrimonio homosexual, pero eso le supuso un esfuerzo titánico porque era muy tímida. Boti era una persona muy de base, muy de la calle. Nunca ha habido luchadoras en España tan conocidas como ellas".

    Tanto una como otra han estado siempre vinculadas a partidos de izquierdas. Desde 2015, Beatriz era diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid y responsable del área de Igualdad de Podemos en la Comunidad de Madrid. En 2017 lideró junto a Miguel Urbán la lista de Anticapitalistas para las primarias de Podemos y en 2019 se incorporó a la candidatura de Isabel Serra tras distanciarse de Anticapitalistas.

    Boti fue candidata a las listas del Congreso con IU -en 2004 y en 2008- y con Equo -en 2011-, aunque nunca llegó a ser diputada, y fue también una de las protagonistas del cierre de campaña de Podemos el pasado abril. Como representante de IU asistió a aquella besada multitudinaria frente a la catedral de la Almudena, en la que participaron 300 homosexuales.

    En los últimos años ejerció como interlocutora de la FELGTB con los distintos partidos políticos y muchas de sus aportaciones están presentes en la futura ley de igualdad LGTBI o en la próxima actualización de la Ley de Identidad de Género.

    Llevan años divorciadas pero siguen siendo amigas y se llevan muy bien. A partir de ahora también trabajarán codo con codo a las órdenes de Montero. Una de sus primeras tareas será mediar en la guerra abierta entre las feministas tradicionales y los transgénero, que afloró el verano pasado cuando, en unas jornadas en Gijón, activistas como la catedrática Amelia Valcárcel, Alicia Miyares o la ex diputada del PSOE Ángeles Álvarez arremetieron muy duramente contra el colectivo LGTBI, lo que provocó la censura de la FELGTB y el inmediato etiquetado como TERFs (feministas radicales transexcluyentes).



    Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2020/01/15/5e1e1c5ffdddff247a8b4687.html
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