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Cómo un basquetbolista chileno se convirtió en un ícono LGBTI a los 26 años

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  • Cómo un basquetbolista chileno se convirtió en un ícono LGBTI a los 26 años

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    El basquetbolista chileno Daniel Arcos

    Daniel Arcos es el único basquetbolista profesional abiertamente gay en Chile. El mundo del deporte sigue padeciendo escasez de referentes de la comunidad LGBTI.

    Hace unos días, Daniel Arcos (Castro, 1994) hizo pública su homosexualidad en una carta. La noticia recorrió todo Chile y llegó incluso a los medios alemanes. Se trata del primer basquetbolista profesional del país sudamericano en salir del clóset. Una de sus metas, la de vivir del basquetbol, ya la ha cumplido. La otra es que casos como el suyo dejen de ser noticia. En entrevista con DW, Arcos llama a hacer del mundo del deporte profesional un lugar seguro para los niños y niñas LGBTI.

    Deutsche Welle: ¿Cómo decidió dedicarse profesionalmente al deporte?
    Daniel Arcos: Mi mamá es basquetbolista y mi papá siempre ha sido dirigente, actualmente es el presidente de la Federación de Basquetbol de Chile. Desde que tengo conciencia siempre he tenido una pelota de basquetbol en mi casa.

    ¿Sintió alguna vez que su vocación y su orientación sexual parecían incompatibles?
    El cariño que le tengo al basquetbol es inmenso. Me ha entregado cosas tan bonitas -amistades, viajes, experiencias únicas, valores- y creo que todo eso fue siempre más importante que cualquier falta de respeto que perviva dentro del deporte. Siempre mis objetivos fueron más grandes; las oportunidades que me entregó, también. Por eso pude seguir y proyectar mi carrera a nivel profesional.

    ¿Vivió alguna vez situaciones de discriminación por ser homosexual?
    Directamente son muy pocas las veces que alguien me ha insultado, ya que yo no había conversado mi orientación sexual con nadie, salvo con un amigo de otro equipo. Muy pocas veces me atacaron directamente, pero en el ambiente siempre hay comentarios homofóbicos, burlas, bromas, que año a año se van repitiendo y no se acaban. Por eso creo que mi mensaje va también en ese sentido: a visibilizar esas cosas que forman un ambiente poco respetuoso e incómodo para alguien que está viviendo una situación personal que se ve como complicada, pero al final es el ambiente lo que la hace complicada.

    Su equipo, Club Deportes Castro, le ha apoyado firmemente. No todos los equipos deportivos son tan decididos a la hora de defender a las minorías sexuales.
    Lo que hizo mi club es algo muy bonito, ellos me brindaron el apoyo desde el momento en que se enteraron al leer mi carta. Directivos, entrenadores, compañeros… Todos participaron con sus muestras de apoyo. Y creo que el hecho de que la insignia del club tenga los colores de la bandera LGBTI marca la diferencia a nivel nacional. Yo soy el primer basquetbolista profesional de Chile en decir abiertamente que soy gay. No sé cómo lo están viviendo otros jugadores, pero sería bueno que las otras instituciones deportivas los apoyen, porque no saben la cantidad de niños con los que ellos trabajan que podría estar viviendo algo parecido y les gustaría que su club les apoye de cierta manera.

    ¿Cómo es soñar con ser deportista profesional sin referentes LGBTI en este mundo?
    A mí me pasó eso cuando era adolescente y estaba metiéndome en el basquetbol. Si bien tenía referentes del basquetbol en cuanto a lo técnico y táctico de la disciplina, me faltaba alguien que me hiciese sentir más parte todavía. Entonces pensé que cuando me retirase tenía que contar lo que me había pasado para dejar algún referente. Pero con todo esto de la pandemia de coronavirus hemos tenido mucho tiempo para reflexionar. Y creo que ese momento llegó. ¿Por qué no hacerlo ahora que estoy vigente? ¿Por qué no mostrarme tal cual soy? Nada va a cambiar en mi desempeño deportivo y creo que puedo abrir un poco el camino a las nuevas generaciones que quieran desarrollarse a nivel profesional. Que vean que sí se puede llegar. Quizás no sea el mejor basquetbolista, pero pude alcanzar mi meta profesional de vivir del baloncesto.

    ¿Le han contactado otras personas en busca de apoyo o consejo?
    Me ha escrito mucha gente de otros países y de mi mismo país que están en la misma situación, o que ya son más grandes y que desertaron del deporte porque se sentían incómodos, no se sentían parte del ambiente deportivo. No solo discriminaciones psicológicas, sino también físicas. Hay que tomar conciencia y la gente se tiene que hacer cargo de lo que ocurre.

    ¿Cómo es convertirse en un referente de la igualdad a los 26 años?
    La verdad es que no me lo tomo aún así. Hace apenas dos semanas que lo hice público. Me lo tomo como una responsabilidad bonita, muy gratificante. Hay mucho en lo que avanzar y estoy tratando de hacer uso de todas las plataformas para transmitir el mensaje. Acá en mi país están conscientes de las cosas, pero se quedan callados, como yo hice durante mucho tiempo.

    ¿Cómo fue la reacción en Chile, un país en el que todavía existen actitudes sociales muy conservadoras?
    Me sorprendió que fuese una noticia a nivel nacional. Mucha gente criticaba que la orientación sexual no debería ser noticia. Yo creo que esto va mucho más allá. Algo está pasando en los deportes para que nadie quiera visibilizarse.

    Todavía hay muchos prejuicios. Chile es un país que ha avanzado en muchos ámbitos, pero en cuanto a los derechos de la comunidad está mucho en deuda. No hay matrimonio igualitario y faltan leyes para proteger a las personas de diferentes tipos de violencia. Mientras haya gente que se sienta humillada o se quite la vida por no encajar, tiene que ser noticia.

    ¿Cree que algún día dejará de ser noticia?
    Eso es lo que todos en la comunidad LGBTI queremos. Sentirnos uno más. Respetamos al resto y lo único que esperamos de vuelta es que podamos vivir felices, libres y orgullosos de lo que somos.

    ¿Qué le diría a los niños y niñas que, como usted, sueñan con dedicarse profesionalmente al deporte pero temen ser rechazados por su orientación sexual o identidad de género?
    Hay que avanzar. Da lo mismo el tiempo, no hay que apurarse: todos tenemos caminos distintos. Pero lo importante es ser felices. La vida es una y nosotros somos responsables de tomar la vida de la nuestra. Y si el deporte es lo que nos llena, tenemos que poder entregarnos a él. Este camino lo hacemos todos y todos tenemos que formar parte de una nueva sociedad.

    (ju)

    Fuente: https://www.dw.com/es/c%C3%B3mo-un-b...1os/a-53970046.
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