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Cary Grant, LSD, bisexualidad y, sobre todo, el perfecto actor de cine

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  • Cary Grant, LSD, bisexualidad y, sobre todo, el perfecto actor de cine

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    Hace 107 años nació ese actor que "actuaba bien hasta de espaldas" cuya vida privada sigue siendo objeto de debate.

    • Cary Grant tuvo una infancia difícil y una vida personal extraña y secreta pero no había nadie como él en pantalla.
    • Nació como Archibald Alexander Leach en Bristol, Inglaterra, en 1904.
    • Se casó 5 veces, tuvo una hija y nunca ganó un Oscar (salvo el honorífico).


    ¿Quién es el mejor actor de la historia del cine? Como siempre, hablamos de algo imposible de determinar de manera objetivo. Algunos apuntarán hacia actores más camaleónicos como Laurence Olivier, Charles Laughton, Marlon Brando, Al Pacino, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Jack Nicholson. Otros, no tan fans del Método, valoran más las presencias singulares, irrepetibles, que llenan la pantalla con su personalidad. En este grupo podríamos acordarnos de Humphrey Bogart, Gary Cooper, James Stewart, Sean Connery, Henry Fonda, John Wayne, Clark Gable, Gregory Peck, Burt Lancaster, Spencer Tracy… Y todo sin salir de Hollywood para no tener que acordarnos de Alec Guinness, Max Von Sydow, Toshiro Mifune, Tatsuya Nakadai, Marcello Mastroianni, Jean Gabin, Paco Rabal, Fernando Rey, Fernando Fernán Gómez, y muchos más. Y ahora viene la verdadera pregunta ¿alguno de estos monstruos mejoraría una película de Cary Grant?

    El inglés Archibald Alexander Leach nunca ganó un Oscar, de hecho solo estuvo nominado en dos ocasiones en su extensa carrera. Sin embargo, todos sabemos que Cary Grant no tenía igual en la gran pantalla. De él se decía, medio en broma medio en serio, que actuaba bien hasta de espaldas. Puede que fuese porque Grant, sin duda, pertenecía a ese grupo de actores que partía de su propia presencia y carisma, más allá del personaje. Podría tener muchos nombres y profesiones, pero Cary Grant siempre era Cary Grant, atractivo, elegancia, seducción y simpatía. Sin embargo, al contrario que otros como Humphrey Bogart o John Wayne, incluso que James Stewart, tampoco podemos decir que Grant no era un actor de registros. No ha habido nadie que haya protagonizado comedias como él, desde cintas de enredo como ‘Arsénico por compasión’ hasta las más elegantes screwball comedies como ‘Historias de Filadelfia’. En el lado contrario, tenemos el suspense de ‘Charada’ o ‘Con la muerte en los talones’, por no hablar del derroche dramático y romántico de ‘Tu y yo’. Hizo de asesino hitchconiano en ‘Sospecha’ y se puso uniforme militar en ‘Destino Tokio’, ‘Operación Whisky’ y ‘Operación Pacífico’. Eso sí, nunca pisó un western pero probablemente sea porque nadie se atrevió a quitarle su impecable traje más que para ponerle un uniforme de gala…

    Cary Grant llegó a Hollywood a través del vodevil, unido a una troupé de jóvenes acróbatas, y lo cierto es que la perfección física de todos sus movimientos en escena es de bailarín. Sin embargo, si tenemos que recurrir a un ejemplo de dicción en el cine, de rapidez de diálogos, seguramente también acabaríamos acudiendo a él junto a Katharine Hepburn en múltiples comedias o, sobre todo, a ‘Luna nueva’ y sus intercambios con Rosalind Russell. Dicen que Billy Wilder lo quería en lugar de Humphrey Bogart para ‘Sabrina’. Que de nuevo lo quiso en lugar de Gary Cooper para ‘Ariane’. En ambas, al contrario que sustituyendo a Grant en cualquiera de sus películas, no cuesta nada imaginar el por qué. Lamentando que Wilder nunca lograse, por problemas de agenda, trabajar con él y juntar así a dos talentos que parecían hechos el uno para el otro, este es un momento tan bueno como cualquier otro para repasar la complicada vida del actor protagonista por excelencia.

    La infancia de Archibald Alexander Leach, nacido en Bristol el 18 de enero de 1904, fue de película, pero de las dramáticas. Tuvo una hermana que murió con solo un año de edad, eso sí, cuatro años antes de su nacimiento. Su padre, Elias James Leach, era alcohólico e inestable. Su madre, Elsie María Leach Kingdom, fue ingresada en un psiquiátrico por su marido bajo “depresión”. Sin embargo, al pequeño Archie no le dijeron eso, sino que su madre había fallecido. Es imposible saber la realidad clínica de todo el asunto pero sí que ese mismo año Elias James se casó con otra mujer y fundó otra familia, dejando a Archibald en un estado casi de supervivencia cenicientiesca. Más allá de la pobreza e inestabilidad de su infancia, también se conoce que Grant fue un mal alumno. De hecho, dejó su educación a los 14 tras ser expulsado por un “incidente relacionado con el vestuario de las chicas” que nunca se ha esclarecido. Los que aluden a él como un seductor se imaginan una cosa, los que afirman su homosexualidad, más bien la contraria… Lo importante es que Grant ingresó de adolescente en una compañía de Vodevil ambulante dónde se formó. Fue un chico multiusos. Durante la década de los años 20 recorrió teatros ambulantes como corista, acróbata e incluso cantante. En 1931 hizo parada en Hollywood y Paramount se fijó en él. No fue hasta ya asentado en la industria del cine, con más de 30 años de edad, cuando su padre le confesó, poco antes de morir (falleció en 1935), que su madre seguía viva y estaba en un manicomio.

    Dicen que Grant tiró de influencias y dinero para conseguir sacarla pero, tras más de veinte años en la institución, su estado era lamentable. Pese al panorama familiar, la elegancia de Grant y su habilidad para recitar los mejores diálogos muy pronto le hizo el actor referencia de la Screwball Comedy en los años 30. En los 40 ya era el indiscutible número uno de Hollywood. También, cómo no, como galán, porque nadie daba un beso en la pantalla a una mujer como Cary Grant. Que se lo pregunten a Ingrid Bergman en ‘Encadenados’, o a Grace Kelly en ‘Atrapa un ladrón’ (nada como los besos de Hitchcock/ Grant). Sin embargo, hoy en día todavía se discute sobre su vida privada. Sus matrimonios fueron cinco: Virginia Cherrill (1934-1935), Barbara Hutton (1942-1945), Betsy Drake (1949-1962), Dyan Cannon (1965-1968) y Barbara Harris (1981-1986).

    Cary Grant, criado en la pobreza y con una legendaria fama de tacaño en Hollywood pese a ser durante años el actor mejor pagado del mundo, firmó un contrato prenupcial en todos y cada uno de sus matrimonios. Tuvo solo una hija, Jennifer Grant (1966). Curiosamente, le prohibió dedicarse al mundo de la actuación y esta respetó sus deseos hasta el fallecimiento del actor. Después, apareció en series como 'Beverly Hills 90210', 'Movie Stars' e incluso 'Friends'. Tanto ella como sus cinco esposas han negado de forma más o menos vehemente las relaciones de Grant con hombres. Algunas, como Betsy Drake, han presumido incluso de la apetencia sexual del actor. Otras se han limitado a aclarar la relación de Grant con el actor de westerns (curiosamente) Randolph Scott. Algunos se empeñan en reivindicar su heterosexualidad, otros hablan de matrimonios ficticios y homosexualidad.

    La mayoría opta por la vía del consenso y habla de bisexualidad en torno a un Grant cuya estrecha relación con Scott es innegable. Cary Grant y Scott compartieron una mansión en Santa Monica durante 12 años, entre 1932 y 1944. De hecho, se dice que su matrimonio con Virginia Cherrill fue la respuesta del estudio para acallar los rumores tras aparecer en la prensa fotos de ambos conviviendo juntos (que os dejamos a continuación, incluyendo a Virginia Cherril entre ambos). Ambos se conocieron rodando ‘Sábado de juerga’ y no tardaron en irse a vivir juntos. Mantuvieron su convivencia, matrimonios mediante, hasta que el estudio les obligó a cortar también eso por lo sano.

    Lo cierto es que ni Scott y Grant, como ninguno de su familiares, han confirmado una relación que varias fuentes de chismorreos del Hollywood clásico dan por sentada. Su inclinación sexual y la amplitud y variedad de sus amantes es solo un punto más en una vida personal casi tan interesante como la profesional y de la que la orientación sexual solo debe ser un pequeño añadido. Eso sí, es a Cary Grant al que le debemos la popularización de la palabra “gay” con el significado contemporáneo. En dicha época, el término coloquial y ofensivo era mayormente “fags” mientras que “gay” significaba alegre y extravagante. Sin embargo, en ‘La fiera de mi niña’ hay una escena en la que el personaje de Grant se ve obligado a vestirse únicamente con un camisón femenino y, cuando le descubren, se justifica con un “me he vuelto gay”. Aunque era una forma de decir loco, divertido, etc, el vestuario de mujer completó el sentido. “Gay” no se utilizó de manera común para referirse a homosexual hasta los 70 pero, teniendo en cuenta que tanto Grant como Howard Hawks supuestamente pertenecían en secreto a la comunidad LGTBI de Hollywood, muchos historiadores siguen entendiendo ese “soy gay” como una sutil salida del armario que modificaría una palabra para siempre.

    De Cary Grant, impecable caballero inglés de intachable reputación, más allá de su tacañería, pocos han reparado en su público uso de las drogas. Al contrario que muchas estrellas de su generación, con diversos escándalos sexuales, con temas de alcohol o drogas como la cocaína, Grant fue un público defensor del consumo del LSD.

    Dicen que las pesadillas con su infancia y la paranoia de la pobreza nunca le abandonaron pese a sus décadas en la cima. Fue en los años cincuenta cuando encontró la solución, el ácido lisérgico. El LSD fue una droga terapéutica recomendada contra la depresión, no sin polémica, entre 1950 y 1965. Grant estaba tan encantado con los resultados de su consumo de esta droga que, como se muestra en el documental ‘Becoming Cary Grant’, llamó personalmente a una revista femenina de cuidado del hogar (Good Housekeeping)para hablar de ello.


    Quiero hablar sobre esto a todo el mundo. Ha cambiado mi vida. Todo el mundo debería probrarlo.


    Sucedió en 1960 y en la misma acabó recomendado a todas las amas de casa estadounidenses que tomaran LSD. Casualidad o no, Grant dejó de actuar para siempre y oficializó su retiro en 1966, el mismo año que el LSD fue declarado como una droga ilegal y se prohibió su consumo. Ese ya lejano 1966 nos dejó el actor pero se quedó la leyenda, el icono, ese inglés que actuaba bien hasta de espaldas, que nunca tuvo un mal papel, ni siquiera un mal segundo. Ya fuese homosexual, bisexual o heterosexual, de familia pobre o rica (como fingió ser durante algunos años), estable y centrado o depresivo y adicto al LSD, Cary Grant era, es y será ese actor perfecto.

    Fuente: https://www.fotogramas.es/noticias-c...zVQSbDUL-vDFx4
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