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Justicia Británica prohíbe a un hombre de 41 años mantener relaciones sexuales

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    La justicia británica prohíbe a un hombre de 41 años mantener relaciones sexuales debido a su bajo cociente intelectual
    Enviado Flick el 08 febrero 2011

    Un tribunal británico ha ordenado que se impida a Alan (el nombre con el que ha sido identificado), de 41 años, mantener relaciones sexuales debido a su retraso mental. Se da la circunstancia de que Alan ha mantenido una relación con otro hombre, que ahora queda prohibida por el juez.

    Alan presenta un retraso mental moderado, con un cociente intelectual de 48. Ante su “vigorosa” actividad sexual, los servicios sociales de su municipio consideraron que su edad mental no le capacitaba para consentir el mantenimiento de relaciones sexuales o para entablarlas, por lo que solicitaron que judicialmente se le impidiera.
    Al parecer los primeros contactos de Alan con los servicios sociales de su municipio tienen lugar después de que recibiera informes de que había dirigido gestos obscenos hacia niños, a los que la Policía no habría dado demasiada importancia. Posteriormente, ya compartiendo un alojamiento que se le había facilitado, Alan comienza una relación con un compañero adulto, que incluía el mantenimiento de relaciones sexuales plenas. Pese a que no consta que tuvieran lugar en un contexto inapropiado, las autoridades intervienen, restringen los contactos sexuales de Alan y comienzan a controlarlo estrechamente.
    El juez, reconociendo que se trata de un tema complejo tanto legal como moralmente, y asumiendo que las relaciones sexuales constituyen un componente básico de la personalidad, ha dado la razón al municipio y ha ordenado que a Alan se le impida mantener relaciones. Alan no relacionaría, al parecer, las relaciones sexuales con la reproducción, y no sería capaz de comprender adecuadamente los riesgos para la salud asociados a determinadas prácticas. Un psiquiatra que ha intervenido en el caso llegó a desaconsejar, incluso, que se le facilitara educación sexual, dado que ello podría hacerle sentir “confuso” debido a sus dificultades de aprendizaje. Esta última recomendación no ha sido seguida por el juez.
    Alan, que se ha mostrado en todo momento como un hombre afable y sociable, no podrá volver a mantener relaciones con el otro hombre, pese a que sí ha mostrado su deseo de volver a verle. Los servicios sociales de su municipio deberán vigilar que se cumple el fallo judicial, además de proporcionarle educación sexual.
    La problemática planteada desborda, posiblemente, el estricto ámbito LGTB, pero algunas voces ponen en duda que se hubiera actuado de la misma manera si Alan hubiera entablado relaciones sexuales heterosexuales o que no implicaran sexo anal.
    Un tema, el de la vida sexual de los discapacitados psíquicos, considerado en cualquier caso tabú, pero que sin duda merece un abordaje honesto y desprejuiciado. Esperamos vuestras opiniones…
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