Activista de la lucha contra el VIH/Sida desde 1992 y actual Presidente de la asociación Gais Positius, nadie puede dudar de su valentía y coherencia. Antonio Guirado asume ahora otro reto aún mayor como Secretario General de la Coordinadora Gai Lesbiana (CGL). Decidido a dar el golpe de timón necesario para adaptar el movimiento asociativo a la nueva situación legal que disfrutamos, Guirado capitanea un tiempo de transición que llevará a la CGL a convertirse en una fundación.
¿Qué os lleva a convertir la Coordinadora en una fundación?
Estamos en un momento de refundación de la Coordinadora. Se cambiaron los estatutos para simplificar la estructura con el objetivo de modificar la herramienta con la que diferentes asociaciones hemos estado funcionando para llegar a los objetivos que habíamos planteado, que hasta ahora era la Federación Coordinadora Gay y Lesbiana, y que ahora queremos convertir en una fundación. Ya hemos conseguido la equiparación legal, y esto ha cambiado el planteamiento de trabajo, la visión de retos pendientes que tiene la propia comunidad, e incluso el activismo. Ya no vamos a seguir reivindicando aspectos legales, salvo cuestiones legales pendientes que tienen que ver con los hombres y mujeres transexuales, que siguen siendo víctimas de una gran discriminación social. Ahora queremos cambiar la sociedad y ese es un trabajo que requiere de nuevas herramientas.
¿Qué nuevos objetivos planteáis?
Vamos a tener un largo trabajo por delante y va a ser más difícil. Ahora ya no se trata de pedir el matrimonio o la adopción, son temas más complejos: educación, pedagogía social, lucha contra las discriminaciones múltiples -no ya legales, sino las que se producen en el día a día-, normalizar la visibilidad en la calle. Todo esto no requiere del activista de los últimos treinta años, que tenía que estar muy en contacto con la política; ahora hay que trabajar mucho más con aspectos sociales y convencer a las instituciones para que hagan políticas adecuadas en cada caso, pero no para que aprueben una ley.
En el tema de la educación, por ejemplo, hay que convencer a las instituciones públicas, a los padres y madres de alumnos, al personal docente, y entender como viven los gays y lesbianas adolescentes en el ámbito escolar para después actuar. Esto requiere un trabajo muy intenso, muy intelectual, y vamos a necesitar la colaboración de profesionales que trabajen con nosotros estas cuestiones.
Así,necesitáis estudios para gestionar la creación de recursos.
Hay que saber qué pasa, luego hay que hacer propuestas para que las cosas cambien, y finalmente ponerlas en marcha convenciendo a todos los que están implicados y conseguir que toda la sociedad nos acompañe. En ese sentido, la herramienta más adecuada para estos nuevos retos es una fundación, y a nivel económico plantea ventajas. Cualquier persona o empresa que haga una donación desgrava, cosa que ahora no pasa.
¿En cuánto tiempo se desarrollará el cambio?
El calendario abarca unos dos años, traspasando poco a poco las funciones de la Coordinadora a la fundación, llegando un momento en que ya todo esté organizado en torno a la nueva estructura. La Federación estaba pensada para un momento de reivindicación más política a nivel legislativo. Con los nuevos retos planteados vamos a necesitar un apoyo económico mayor y eso es mucho más viable desde una fundación. Como activistas vamos a ser necesarios, pero esta vez tenemos que contar con otros muchos profesionales que participen con su trabajo en nuevos proyectos, y eso cuesta dinero.
¿Se entenderá el proyecto a nivel institucional y en la calle?
El reto que tenemos ahora es hacer entender a las instituciones que no todo se acaba en el ámbito legal. No todo está conseguido. En el día a día, y mucho más fuera de las ciudades o en minorías culturales determinadas, hay mucho trabajo por hacer. Hay que volver a convencer a las administraciones y a la propia comunidad de que no se ha llegado al final.
¿Desaparecerán las asociaciones de la Coordinadora?
No, la fundación será una herramienta de apoyo a las asociaciones, tanto las de la Coordinadora como todas las demás. Tenemos claro que las asociaciones sectoriales son el futuro, y que su éxito radica en la especialización, por lo que potenciaremos su presencia activamente. Seguiremos siendo una Federación que no se olvida de que trabaja para la comunidad, que tiene que trabajar con las instituciones, con las empresas, los medios de comunicación, y que cada vez más quiere relacionarse con su entorno.
¿Cómo te organizarás para compaginar la presidencia de Gais Positius y la secretaría general de la Coordinadora?
Tendré que hacer un esfuerzo un poquito mayor, aunque se que puedo contar con el apoyo de los compañeros de Gais Positius para poder dedicar más tiempo a la Coordinadora Gai Lesbiana, y por supuesto en la secretaría general no estoy solo. En la candidatura en la que me presenté están los presidentes de Stop Sida, del Grup Jove y del Grup d’Amics Gais. Conformamos una junta directiva con muchas ganas, conscientes de que tenemos un gran reto, pero sabemos que hay un objetivo claro.