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Un joven de 26 años, encarcelado en Camerún en condiciones miserables acusado de homosexualidad
Un joven de 26 años, de nombre Alain, permanece en prisión provisional desde el 18 de noviembre en Douala, la capital de Camerún, acusado de haber mantenido, presuntamente, relaciones homosexuales. Según ha denunciado ADEFHO (Association pour la défense de l’homosexualité), sus condiciones carcelarias serían miserables al no disponer de ningún dinero, viéndose obligado a dormir sobre el suelo y no recibiendo ni ropa ni alimentos, dado que hasta su propia familia se habría desentendido de él.
El joven comparecerá ante la justicia de su país el próximo 28 de diciembre, enfrenándose a una posible pena de hasta cinco años de cárcel. ADEFHO, organización de defensa de los derechos LGTB presidida por la abogada Alice Nkom, ha tiene además serías dificultades para poder defenderle, dada su falta de medios.
No es la primera vez que llegan noticias de encarcelamientos de personas homosexuales en Camerún. Ya hace dos años dosmanzanas se hacía eco de la detención y tortura de seis hombres. Muchos nos tememos, sin embargo, que se trata sólo de la punta de un gigantesco iceberg.
Un país en el que la iglesia católica ha azuzado la homofobia
No está de más recordar la información que recogíamos hace pocos meses, cuando ADEFHO y Alternative Cameroon denunciaron como la iglesia católica camerunesa habría promovido el miedo a los homosexuales como una forma de conseguir apoyo a sus posiciones.En concreto, líderes católicos y medios de comunicación afines habrían transmitido a la población que la firma por Camerún del “protocolo de Maputo”, a alguno de cuyos artículos la iglesia se opone, suponía la “legalización de la homosexualidad”. El protocolo de Maputo no es otra cosa que un protocolo adjunto a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos cuya finalidad es otorgar derechos a las mujeres.
Según dichas organizaciones, se pretendió trasmitir a la población la falsa idea de que el artículo 14 del protocolo, referido a la salud sexual y reproductiva de la mujer, además de abrir la puerta al aborto, lo hacía también a la homosexualidad. De esta forma, y aprovechando la homofobia de la sociedad camerunesa, los opositores al protocolo llegaron a reunir a 20.000 manifestantes.
Un joven de 26 años, de nombre Alain, permanece en prisión provisional desde el 18 de noviembre en Douala, la capital de Camerún, acusado de haber mantenido, presuntamente, relaciones homosexuales. Según ha denunciado ADEFHO (Association pour la défense de l’homosexualité), sus condiciones carcelarias serían miserables al no disponer de ningún dinero, viéndose obligado a dormir sobre el suelo y no recibiendo ni ropa ni alimentos, dado que hasta su propia familia se habría desentendido de él.
El joven comparecerá ante la justicia de su país el próximo 28 de diciembre, enfrenándose a una posible pena de hasta cinco años de cárcel. ADEFHO, organización de defensa de los derechos LGTB presidida por la abogada Alice Nkom, ha tiene además serías dificultades para poder defenderle, dada su falta de medios.
No es la primera vez que llegan noticias de encarcelamientos de personas homosexuales en Camerún. Ya hace dos años dosmanzanas se hacía eco de la detención y tortura de seis hombres. Muchos nos tememos, sin embargo, que se trata sólo de la punta de un gigantesco iceberg.
Un país en el que la iglesia católica ha azuzado la homofobia
No está de más recordar la información que recogíamos hace pocos meses, cuando ADEFHO y Alternative Cameroon denunciaron como la iglesia católica camerunesa habría promovido el miedo a los homosexuales como una forma de conseguir apoyo a sus posiciones.En concreto, líderes católicos y medios de comunicación afines habrían transmitido a la población que la firma por Camerún del “protocolo de Maputo”, a alguno de cuyos artículos la iglesia se opone, suponía la “legalización de la homosexualidad”. El protocolo de Maputo no es otra cosa que un protocolo adjunto a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos cuya finalidad es otorgar derechos a las mujeres.
Según dichas organizaciones, se pretendió trasmitir a la población la falsa idea de que el artículo 14 del protocolo, referido a la salud sexual y reproductiva de la mujer, además de abrir la puerta al aborto, lo hacía también a la homosexualidad. De esta forma, y aprovechando la homofobia de la sociedad camerunesa, los opositores al protocolo llegaron a reunir a 20.000 manifestantes.
