Una boda con todas las de la ley
El Ararteko dio ayer el 'sí, quiero' a su novio en San Sebastián en una ceremonia con doscientos invitados
BLANCA ÁLVAREZ/
Lamarca e Íñiguez, ya convertidos en matrimonio, se besan ante las cámaras de los fotógrafos. [MICHELENA]
SAN SEBASTIÁN. DV. Una boda más. Así quiso el Ararteko, Iñigo Lamarca, que fuera su enlace, que se celebró ayer en el Ayuntamiento de San Sebastián seis meses después de que el Congreso aprobara la ley que permite el matrimonio entre homosexuales. A las dos y media de la tarde (con media hora de retraso sobre el horario previsto), Lamarca llegó a Alderdi Eder de la mano de su pareja, el riojano Sergio Íñiguez. Juntos, ante la mirada de decenas de curiosos congregados en las escaleras, recorrieron el camino hasta la explanada del Ayuntamiento, donde les esperaban cerca de doscientos familiares y amigos, entre los que se encontraban Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE; Beatriz Gimeno, presidenta de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales; Amando Pavía, presidente de Gehitu, así como numerosos miembros de las asociaciones de gays y lesbianas de Gipuzkoa y La Rioja.
Vestidos para la ocasión, el Ararteko llevaba pantalón gris y chaqueta negra de piel de melocotón. La camisa, rayada en tonos violeta y rosa. El atuendo se completaba con una corbata violeta. Sergio Íñiguez vestía también camisa a rayas en tonos violeta (sin corbata), pantalones negros y chaqueta de tweed. Ambos habían comprado sus trajes de novio en Roma, en unas recientes vacaciones pasadas en Italia.
Antes de la ceremonia, oficiada por el concejal Ernesto Gasco, primer político que contrajo matrimonio homosexual en España, los novios comentaron sentirse «desbordados» por la emoción. «Venimos a formalizar nuestro amor, y estamos orgullosos de que al fin se reconozca nuestro derecho a la dignidad y la igualdad», señaló Lamarca.
Ceremonia participativa
La pareja se conoció en marzo de 2002, en una reunión de la Federación de Gays y Lesbianas celebrada en La Rioja. En junio de 2004, se inscribió en el registro de parejas de hecho. Ayer pudieron contraer matrimonio, un acto celebrado sin la presencia de las cámaras, «muy emocionante y, a la vez, divertido», según los presentes. Oficiada por Ernesto Gasco, que leyó unas palabras de Gibrán Jalil Gibrán sobre el matrimonio, la ceremonia fue «coral», según las palabras del edil, y contó con la participación del coro de Gehitu y la interpretación del tenor del Orfeón Donostiarra Joseja Huertas, amigo de la pareja, así como varias piezas de violín ejecutadas por Jesús, también amigo de los contrayentes. Los novios también quisieron participar en la ceremonia y leyeron un texto de agradecimiento. Durante todo el acto, Lamarca e Íñiguez se mostraron «muy felices y con una gran complicidad», según indicó una amiga de la pareja.
Al finalizar, un grupo de dantzaris bailó el aurresku e hizo un arco de honor a los novios, mientras los invitados lanzaban cientos de mariposas de papel. Acto seguido se dirigieron al restaurante Kazkazuri, donde se sirvió un lunch y cada invitado pagó su cubierto. Además, no admitieron regalos. El Ararteko y su ya esposo dispondrán de una semana de vacaciones (obligado por sus compañeros de trabajo), aunque prefirieron no desvelar si la utilizarán o no para realizar el tradicional viaje de novios.