Fuente: diario vasco
David Montero/(Bruselas)
A los Sres. Azpiroz y Zubizarreta: ¿Sabe lo que hacían los segregacionistas americanos? Diferenciaban entre blancos y negros. ¿Y los que se oponían al voto de las mujeres? Diferenciaban entre mujeres y hombres. ¿Y los nazis? Diferenciaban entre arios y judíos. Y eso los convirtió en racistas, machistas, etc. Todos ellos creían que estar al otro lado de esa línea divisoria, que sólo ellos trazaban (la raza, el sexo), colocaba a las personas en posición de merecer un umbral inferior de reconocimiento social, de dignidad, de libertad, de derechos. Eligieron ser racistas, machistas, nazis. Pudieron haberse convencido de que los seres humanos «nacen libres e iguales en dignidad y derechos» (art. 1 Declaración de los Derechos Humanos) pero defendieron, porque era «lo natural» (Sr. Azpiroz, no nos ha-ble más de lo natural: nos ofende), que esa diferencia primaba.
También ustedes eligieron ser homófobos. Y no lo son tanto por oponerse a que gays y lesbianas podamos unirnos en matrimonio, como por las razones que les llevan a esa oposición. Ustedes creen que amar a una persona del mismo sexo repercute en una mi-noración de su dignidad, de sus derechos. La orientación sexual, como el color del pelo o ser zurdo, no son criterios válidos para otorgar o quitar derechos a nadie. Tras sus pobres argumentos hay un convencimiento de desigualdad que es radicalmente contrario a los valores supremos constitucionales. Gays y lesbianas tenemos nuestra dignidad reconocida por la Constitución y ahora también por las leyes.
El PP eligió seguir los dictados de un fundamentalismo religioso contrario a la igualdad y a la libertad (mujeres y homosexuales son buenas muestras de ello) y trazó la línea de separación en la orientación sexual. Pero los millones de ciudadanos que salimos a las calles a celebrar el 0rgullo ciudadano, ya no solo gay, y los que dimos el voto a todos los partidos del arco parlamentario, salvo el PP y UD, no creemos ni queremos que exista esa línea divisoria. Ustedes han elegido ponerse del lado de la homofobia.