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Ángel Negro, sentado en un banco con los colores de la bandera LGTB. | Cedida

“En Rusia había padres denunciando a sus hijos por ser homosexuales y decidimos visibilizarlo y contar en España lo que estaba ocurriendo”

Ángel Negro
, natural de Benavente, decidió, junto a otros compañeros, fundar una ONG que sirviera para combatir cualquier tipo de ataque hacia los miembros de la comunidad LGTB, trabajar por la igualdad y lograr un cambio legal que abordara la violencia y discriminación contra el colectivo en todo el mundo. Esta organización se llama “The Equality Advocacy Project” y el benaventano es uno de los cofundadores. Además, Ángel trabaja como periodista en la cadena de televisión Antena 3 desde hace unos años y es profesor de grado y de máster de Periodismo en la Universidad Nebrija de Madrid.

–Usted, junto a otros compañeros, es el cofundador de “The Equality Advocacy Project”. ¿Por qué motivos decidieron crear esta organización?

–La idea surgió porque vimos en varios medios de comunicación, al final la única forma de enterarse, que a unas tres horas de Madrid en avión, por así decirlo, una distancia relativamente corta de España, al sur de Rusia, en la región de Chechenia, había padres denunciando ante las autoridades a sus hijos porque eran homosexuales. Esas autoridades se estaban llevando a hijos y jóvenes a centros de detención o, en el peor de los casos, los estaban matando. Esto surgió hace un par de años, que también hubo varias manifestaciones y distintas iniciativas de apoyo, pero unos compañeros y yo nos dimos cuenta de que la única forma en la que nosotros como periodistas podíamos ayudar era dando visibilidad y contar lo que estaba sucediendo. No podíamos ir allí ayudar, por lo que llegamos a esa conclusión. Además, distintas ONG ya estaban allí. Por tu orientación sexual allí estás perdido. Por esa razón, creímos necesario contarle a la sociedad española lo que realmente estaba ocurriendo. A raíz de eso, nació nuestro proyecto.

–Además de visibilizar y contar a la sociedad española lo que estaba sucediendo en Rusia, ¿qué otros objetivos se marcaron al crear el proyecto?

–Bueno, además del objetivo fundamental que era visibilizar, nosotros queríamos también crear conciencia y generar respeto. Teníamos que centrarnos, a parte de en Rusia, en otros países donde también sucedían (y siguen sucediendo) este tipo de hechos. Uno de los objetivos, por así decirlo, era que aquellas personas del colectivo LGTB vinieran a España y contaran su situación para así crear conciencia e invitar a todos los españoles a conocer los hechos. La única forma era que la sociedad de nuestro país viese y escuchase a personas que sufren, y sufren mucho. Si no sabes, no puedes actuar. Desde luego, nosotros queremos que esas situaciones no ocurran, pero ni en el mundo, ni en España, ni en Zamora, ni en Benavente. Por eso, en los últimos años hemos invitado a activistas y a muchas personas perseguidas de diferentes lugares para que contasen su historia. Reunimos a medios de comunicación y posteriormente también hacemos una pequeña comida con empresarios y con autoridades para, un segundo objetivo, que en España, desde un punto de vista legislativo, las autoridades ayuden y presionen para que esas situaciones dejen de ocurrir. Por lo tanto, creo que es un doble objetivo: visibilizar y concienciar y también que los Gobiernos y las autoridades actúen.

–¿Cree que estos objetivos se han cumplido?

–Evidentemente es muy complicado y nosotros somos conscientes de que, en poco tiempo y de una forma rápida, es muy difícil cambiar una situación que se lleva dando tantos y tantos años en países, por ejemplo, como Rusia o Perú. Aún así, estamos muy orgullosos porque es cierto que ya hemos conseguido iniciativas legislativas y declaraciones institucionales, además de un gran impacto en los medios de comunicación. Nosotros hicimos un estudio sobre la situación en Guinea Ecuatorial que sirvió al Gobierno para investigar lo que estaba sucediendo en dicho país. Está claro que somos una ONG pequeña, pero hay cosas que hemos conseguido que nos hacen sentirnos verdaderamente orgullosos porque, además, esto no es nuestro trabajo, es algo que hacemos en nuestro tiempo libre porque estamos comprometidos a que esta situación cambie.

–¿Cuántos años lleva activa la ONG?

–Lleva activa desde el año 2018. Tres años. Además de una ONG pequeña, también somos una ONG bastante joven.

–¿Cómo puede la sociedad colaborar con la organización?

–La única forma de financiación es la compra de camisetas a través de una página web, más allá de la financiación propia. Nosotros, los fundadores, pagamos todo, ya sea el viaje, el hotel, las comidas, etc. Es cierto que muchos empresarios nos ayudan y la verdad que estamos muy agradecidos por el apoyo que siempre hemos tenido, pero la única forma de financiación es esa. Somos una asociación sin ánimo de lucro y nosotros nos damos por “pagados” si la sociedad española no muestra indiferencia por todo lo que está ocurriendo con el colectivo. Nuestro mayor interés es que la gente cambie de “chip”, se cree conciencia y se reduzcan este tipo de situaciones y todas aquellas discriminaciones hacia el colectivo LGTB.

–A nivel nacional, ¿cómo valora la situación del colectivo?

–La verdad es que cada vez hay más denuncias por delitos de odio porque hay cada vez mayor concienciación entre la población. Y es que vivimos en uno de los países más abiertos y tolerantes del mundo. Situaciones que en otros países no pasan desapercibidas, pienso que aquí las normalizamos. Aun así, según datos oficiales, en Madrid, de media, se denuncia una agresión al día. En, ya le digo, la capital de uno de los países más abiertos y tolerantes del mundo.

–¿Cree que España cada vez avanza más en la lucha por la igualdad y por la inclusión de este colectivo?

–En España estamos avanzando, yo sí lo creo. Ya le digo, opino que somos uno de los países más abiertos y estamos mucho mejor que en la inmensa mayoría. Afortunadamente, en nuestro país no están matando a homosexuales, como ocurre en algunos otros países, pero todavía sigue habiendo agresiones o insultos y en eso tenemos mucho que mejorar. ¿Hemos avanzado? Claro que sí. ¿Tenemos aún mucho que mejorar? Pues también, sí.

–¿Y en el mundo rural?

–En el mundo rural la situación es otra. El hecho de que no haya gais, lesbianas o personas trans que se atrevan a ir de la mano por la calle, no significa que estos no estén. Me explico: el hecho que en ciudades pequeñas como Zamora o Benavente no veamos a tantas lesbianas, gais o transexuales no significa que no existan, significa que están ocultas y siguen “en el armario”, por así decirlo. En un “armario” que, en el mundo rural, se trata de una cárcel porque la llave no la tienes tú, sino que la tiene la gente que te rodea y vive en el sitio. Si dejan de mirar de forma despectiva, si dejan de comentar estas situaciones… pues salir de este “armario” será una tarea más sencilla. Por eso mismo creo que a nivel rural, en los pueblos, queda mucho por hacer pero, ya te digo, está en la mano, no del colectivo, por supuesto, está en la mano de los heterosexuales que pueden hacer más y normalizar la situación. Esta es la clave, normalizar, porque aún se sigue considerando algo que se debe quedar en el ámbito privado y no es así. En el mundo rural hay situaciones que aún se siguen sin normalizar.

–Dejando a un lado la ONG, desde hace unos años es usted periodista en la cadena de televisión Antena 3 y también profesor de grado y de máster de Periodismo en la Universidad Nebrija de Madrid. ¿Qué opina de la situación actual del periodismo en España?

–El periodismo es un pilar de la sociedad y está bien que la población tenga distintas opiniones sobre la profesión. Ser periodista no es fácil, como tampoco lo es ser albañil o fontanero. Nosotros trabajamos con la información y es cierto que tenemos esa responsabilidad de contar a la sociedad lo que está pasando realmente y decirle a la gente lo que es verdad y también lo que es mentira. Al final, todo el mundo tiene acceso a un periódico, un informativo, una radio… y eso hace que tengamos una presión añadida que, para mí, es algo positivo. Es algo positivo que estén detrás de nosotros y que valoren nuestro trabajo, que comprueben si realmente lo hacemos bien o mal. Tenemos un objetivo y es ser honestos, tenemos que intentar llegar a la verdad a través de la honestidad y, si hacemos algo mal, también pedir perdón porque al final somos humanos y nos equivocamos.

–¿Cómo ve el futuro de la profesión periodística a corto y medio plazo?

–Yo soy optimista y lo soy porque soy profesor y en mis alumnos veo compromiso con la profesión, con la honestidad y con hacer un buen trabajo. Si hay buenos periodistas, habrá buen periodismo. La forma de llegar al público será aquella que el pública elija. Si el público quiere a través de la televisión o internet, así será, y si el público demanda a través del papel, pues llegaremos a través del papel. Ya te digo, soy optimista y creo que se seguirá haciendo y se hará buen periodismo. Al menos yo en las aulas veo mucha ilusión y entusiasmo.

Fuente: https://www.laopiniondezamora.es/ben...-3saEOXGdjxync