El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, consideró que los derechos del colectivo de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI) es un tema "sin relevancia" en el país, y declinó hablar sobre ello en una entrevista, según informó hoy la prensa local.

"No voy a participar en un asunto sin relevancia para el pueblo de Kenia", dijo Kenyatta preguntado sobre las relaciones entre personas del mismo sexo en una entrevista con la cadena estadounidense CNN, según informó hoy el periódico local Daily Nation.

El presidente dijo que el tema "no es cuestión de derechos humanos" sino un tema que concierne como cultura, y que es rechazado por la sociedad.

Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están penadas por las leyes kenianas, y la homosexualidad sigue siendo ilegal.

En la entrevista, en el programa de la periodista Christiane Amanpour, el presidente dijo que no le atañe a él mostrarse favorable o no a la cuestión, ya que es un tema que "los kenianos han confiado a la Constitución desde hace años, indicando claramente que no es aceptable y que no es un tema con el que se quieran involucrar".

En los últimos meses, varias asociaciones LGTBI y de derechos humanos han llevado ante el Tribunal Supremo de Kenia un recurso contra la ilegalidad de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, en un juicio que aún sigue desarrollándose.

No es la primera vez que el presidente de Kenia se muestra abiertamente en contra de los derechos LGTBI, ya que en 2015 durante una visita oficial del expresidente estadounidense Barack Obama, Kenyatta ya dijo que "no era un tema" para sacar en Kenia.

Fue cuando el exmandatario estadounidense le habló sobre la necesidad de lograr la igualdad para el colectivo LGTBI, y Kenyatta se mostró contrariado y dijo que "comparten muchas cosas, pero los asuntos homosexuales no es una de ellas".

Kenyatta asistió esta semana a la cumbre bianual de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), integrada por 53 países, de los cuales 37 tienen leyes que criminalizan la homosexualidad.

Fuente:
eleconomista.es