Por Oliver Rodriguez - (Libertad Sexual)


El machismo que tuvo su época de esplendor en los grises y homofóbicos años setenta, está en crisis y a punto de ser sepultado. Ya no son sólo los desagravios y reconocimientos públicos realizados en los últimos años a artistas e intelectuales que fueron marginados por su orientación sexual.

Hoy, las autoridades cubanas estudian un proyecto de reforma legal para reconocer los derechos civiles y patrimoniales de las parejas homosexuales, incluidos la formalización jurídica de las uniones entre gays y lesbianas y el derecho de adopción, algo revolucionario en un país que durante años persiguió la ostentación pública de la homosexualidad.

La propuesta, que ya se encuentra en fase de análisis en el Buró Político del Partido Comunista, no es impulsada por cualquiera. El alma y principal defensora del proyecto de reforma del Código de Familia es Mariela Castro Espín, directora del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) e hija del presidente interino de Cuba, Raúl Castro, quien desde hace años lucha por abrir espacios para travestís y transexuales y defiende los derechos de estos colectivos.

De aprobarse la iniciativa, las parejas de gays o lesbianas gozarán de tantos derechos personales, patrimoniales, hereditarios, los inherentes a la vivienda y a la adopción como los que tienen las heterosexuales. “Esperamos la aprobación en esa instancia para poderla presentar al Parlamento como proyecto de ley”, dijo a periodistas extranjeros Mariela Castro, tras presentar el proyecto durante el V Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, que se celebró esta semana en La Habana bajo el lema “Defensa de la diversidad cultural”.

En América Latina y el Caribe, sólo México, Argentina y Brasil han aprobado normas en este sentido. En el caso de Cuba, sólo el hecho de que se discuta la reforma tiene especial significación, pues la marginación y exclusión de los homosexuales fue política oficial durante décadas. Sin ir más lejos, en la misma sala del centro de convenciones donde Mariela Castro anunció la iniciativa, estaban presentes los escritores Reinaldo González, Antón Arrufat y Miguel Barnet, quienes pasaron años marginados y sin publicar sus libros debido a su orientación sexual.