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Un usuario de Twitter volvía a exponer una situación incómoda con sus padres que seguramente más de uno habrá experimentado de primera mano.

El pasado 25 de diciembre, Daniel Blanco Varo escribió un hilo en Twitter en el que describía cómo sus padres habían presentado a su pareja como "amigo", lo cual molestó bastante al joven gaditano, que había vuelto a Barbate por las fiestas y tan solo pretendía pasear con su familia y su novio.

No es la primera vez que vemos este tipo de situaciones, ya que muchos hemos escuchado el exasperante "amigo" cuando se habla de una pareja homosexual, y más aún alrededor de la mesa en estas fechas. Este comportamiento llega a estar tan normalizado para el resto de la familia que a veces lo hacen hasta de manera inconsciente, como parece ser el caso de los padres de Daniel.

La situación no escaló a más porque, tras ese momento incómodo vivido por Daniel y su pareja, no tuvo reparo en dejarle claro a sus padres que no podía volver a suceder, y en caso de que volviesen a presentar a su pareja como un “amigo” no tendría ningún problema en intervenir: “La siguiente vez será una tensión que vais a sufrir vosotros y que yo voy a vivir con una sonrisa… avisados estáis”.

Los padres captaron el mensaje y la conversación finalizó con ellos disculpándose. Sin embargo, Daniel se quedó con un sentimiento agridulce, y decía que lo que había ocurrido no era más que otro ejemplo de que la Navidad “es una mierda para las personas LGTBIQ+ porque la sociedad da puro asco… así en general”.

Y es que al final, sea de manera consciente o no, en muchas casas se promueve este intento de “normalidad” cuando hay algún miembro de la familia que pertenece a la comunidad LGTBIQ+, lo que acaba causando ese sentimiento de homosexoledad del que ya se ha hablado. Esta necesidad de esconder nuestras identidades alrededor de nuestras familias, y más en estas fechas, acaba causando un sentimiento de aislamiento completo del resto, a los que sí se alienta a compartir sus experiencias afectivas.

Aunque muchas de las respuestas al hilo han sido compartiendo experiencias parecidas o animando a Daniel, alguna que otra respuesta le demandaba comprensión hacía sus padres, quienes seguramente necesitaban un tiempo de adaptación. A estos comentarios, Daniel respondía de manera irónica: “Pues nada, seguiré aceptando que llamen a mi novio ‘amigo’ mientras ellos van tolerando que nuestras vidas sean visibles… no vaya a ser que yo les presione demasiado y se agobien aceptando la relación de un ser humano“.

De lo que le ha ocurrido a Daniel hay multitud de ejemplos parecidos, microagresiones de las que muchas veces no somos ni conscientes pero que se van acumulando. Y que acaban por crear una presión sobre nosotros para enmascarar nuestra propia identidad y hacer las conversaciones y reuniones familiares más cómodas para el resto.
Solo queda esperar que con el paso del tiempo y las nuevas generaciones no se normalice el establecer límites como ha tenido que hacer Daniel con sus padres, sino que esos límites resulten innecesarios porque a nuestras parejas se les llame como tal... y dejemos atrás el irritante "amigo".

Fuente: https://shangay.com/2022/12/29/el-amigo-de-navidad-la-realidad-de-volver-a-casa-con-pareja-siendo-gay/?fbclid=IwAR3djEMI2Ukdn1km1LI-Bu_Ro5ANa9GzyZNrqu5QalWOuGXRkd3xhUV1loY