Por Mona Alami

Líbano es más tolerante con la diversidad sexual que otras zonas de Medio Oriente,
pero no es fácil ser homosexual ni transgénero en este país, donde las libertades
civiles siguen siendo un privilegio de ricos y poderosos.
La reciente detención de
27 hombres gays confirma que quienes no son tan afortunados y pertenecen a los
sectores más vulnerables de la sociedad corren el riesgo constante de experimentar
el lado más sombrío de Líbano.

El 9 de agosto la policía allanó el concurrido sauna público Hamam Agha, en Hamra,
una zona de moda en Beirut.El artículo 534 del Código Penal libanés estipula que
cualquier acto sexual “contrario al orden de la naturaleza se castiga hasta con un
año de pena de prisión”. La redacción poco precisa de la norma se utiliza muchas
veces para reprimir a la comunidad LGBT.

De los 27 hombres arrestados, “14 no libaneses siguen detenidos, aunque el juez
dictaminó que deben ser liberados”, dijo Ahmad Saleh, un activista de
Helem, una
organización no gubernamental con sede en Beirut que defiende los derechos de
la diversidad sexual.
El artículo 534 del Código Penal libanés estipula que cualquier
acto sexual “contrario al orden de la naturaleza se castiga hasta con un año de pena
de prisión”. La redacción poco precisa de la norma se utilizó muchas veces para
reprimir a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT).

Lamentablemente, el incidente de este mes no fue el único de su tipo. En 2013 la
policía allanó Ghost, una discoteca gay en el suburbio de Dekwaneh, en Beirut.
Allí detuvo a cuatro hombres, a los que sometió a acoso físico y verbal.
En un caso
similar en 2012, la policía detuvo a 36 hombres en un cine del suburbio de Burj
Hammoud, también en la capital del país, y los sometió a exámenes anales que
presuntamente detectarían su homosexualidad.
La investigadora Lama Fakih, de
la organización de derechos humanos
Human Rights Watch (HRW), dijo que muchas
veces la policía somete a exámenes anales a los hombres que sospecha que son
gays, aunque los arreste por otros motivos.
Este tipo de exámenes viola las normas
internacionales contra la tortura, incluida la
Convención contra la Tortura y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos
, que Líbano ha ratificado, informó Fakih.

Los exámenes anales también fueron prohibidos por el exministro de Justicia Antoine
Kortbawi, pero la policía sigue aplicándolos y los emplea como una amenaza para
obligar a los detenidos a reconocer su homosexualidad, explicó Saleh, de Helem.
Según HRW, dos hombres fueron sometidos a estos exámenes desde que la prohibición
entró en vigor en 2013.
Aunque continúa la lucha por cambiar el código penal, Líbano
avanzó en otros ámbitos. En enero de 2014, el juez Naji El Dahdah, del tribunal Jdeideh
en Beirut, desestimó una demanda contra una mujer transgénero acusada de tener una
relación homosexual con un hombre.
El juez falló que el género de una persona no se
debe basar en su documento de identidad, sino en cómo se percibe a sí misma y en
su apariencia física exterior.
En 2012, la Asociación Médica de Líbano solicitó que la
policía terminara con la práctica de los exámenes anales de detección de la
homosexualidad.

“El supuesto de que la homosexualidad es el resultado de alteraciones en la dinámica
familiar o de un desarrollo psicológico desequilibrado se basa en información errónea”,
declaró a principios de 2013 la Sociedad Libanesa de Psiquiatría.
En 2009, otro juez,
Mounir Suleiman, del juzgado de Batroun, decidió que las relaciones consensuales
entre dos personas no se pueden considerar contrarias a la naturaleza.
Además de
los avances realizados en el frente legal, el público libanés está más sensibilizado
en torno a los derechos de las personas LGBT gracias al cambio de mentalidad y a
la influencia de obras creativas de temática homosexual.
Los medios de comunicación
y el mundo del arte desafían las normas sociales. Wajdi y Majdi, dos figuras gays de
un programa cómico de televisión llamado La Youmal, popularizaron la imagen de la
diversidad sexual en Líbano.
La popular conductora Paula Yacoubian también defendió
los derechos de los homosexuales a través de su cuenta en Twitter.

Mashrou ‘Leila, una famosa banda de rock, discutió la homosexualidad en sus canciones
y en 2013 la película
En voz alta relató la historia de cinco jóvenes en un matrimonio grupal.
Sin embargo, la censura oficial prohibió la película en Líbano.“Los jóvenes son cada vez
más conscientes de la temática gay”, según el activista Ghassan Makarem. La población
en Líbano tiene puntos de vista más progresistas que en otros países de Medio Oriente,
según un estudio de 2013 del
Centro de Investigación Pew.
Aproximadamente 18 por
ciento de los libaneses cree que la sociedad debe aceptar la homosexualidad, en
comparación con Egipto, Jordania y Túnez, donde más de 94 por ciento de la población
considera que es una desviación.
“A pesar de los recientes avances, ser gay todavía
significa ser objeto de discriminación desde el punto de vista legal, especialmente para
aquellos que no tienen el dinero ni los contactos adecuados”, subrayó Makarem.

Con informaciones de "www.tendencias21.net"