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Parte 2 .Lydia Cacho: "El mundo gay es supermachista y está impregnado de patriarcado"

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  • Parte 2 .Lydia Cacho: "El mundo gay es supermachista y está impregnado de patriarcado"


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    La mexicana ha recorrido España para saber qué piensan las adolescentes sobre un feminismo "de brazos abiertos": Rebeldes y libres es el colofón.

    ¿Qué ocurre cuando deciden desoír todas esas imposiciones? ¿Qué relación guardan con los adultos?

    Que son agredidas, utilizadas y criticadas también por las personas adultas. Ellas se quejan mucho de la adultocracia porque no son escuchadas. Cuando publiqué por primera vez en mi Instagram que me encontraba haciendo entrevistas con estas chicas de entre 11 y 17 años, entre los comentarios, tanto hombres como mujeres, repetían el mismo mensaje: "¿Qué van a decir estas niñas? No saben nada, todo se lo inventan".

    Ellas son conscientes de que no son tomadas en serio y me parece que esto tiene que ver con una sociedad profundamente conservadora y que tiene una estructura patriarcal inamovible: es lo que le pasa a España comparado con otros países. Las niñas lo dicen y yo siempre lo he pensado: la gente en España tiene todavía muchísimo miedo de enfrentarse de una manera no violenta, con argumentos, digamos éticos, sólidos y sostenidos en el tiempo a los poderes fácticos.

    Les da mucho miedo, yo creo, porque todavía tiene una gran herencia el franquismo: esta cosa de fingir que somos súper democráticos porque nos da pánico reconocer que es una democracia frágil y que se construyó a partir de una gran mentira. O sea, hay una democracia que se ganó, sin duda: no estoy descartando la existencia de la Transición democrática española, pero ese proceso está impregnado de muchas mentiras y de muchas fantasías que la gente se relata a sí misma en España para decir que tiene una democracia lograda. Y no es cierto. Tienen una democracia incipiente y bastante frágil, como muchos otros países.

    El control de la natalidad y los derechos reproductivos de las mujeres ha dado también que hablar con todas esas jóvenes.

    En un momento salió el tema del aborto y una de las chicas de 17 años confesó que había tenido de interrumpir su embarazo. Había tenido relaciones sexuales con su novio, utilizando preservativo, pero se rompió. Se quedó embarazada y su madre la llevó a abortar. No quería tener el bebé, tenía miedo, fue doloroso para ella y habría deseado no tener que hacerlo, pero era un embarazo involuntario, digamos, y lo contó de una manera bastante normal. No fue un drama ni lloró al narrar su experiencia, como en las películas: "Sucedió y no iba a esclavizarme con un bebé".

    Surgió también el debate sobre el envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad. Muchas se mostraron convencidas de que no querían ser madres "porque el mundo es una mierda": por el calentamiento global, por ejemplo. Varias de ellas son muy, muy activistas desde su espacio escolar con el cambio climático y se empiezan a decantar por el ecofeminismo. Y se preguntan: "¿Para qué queremos traer más niños al mundo?". Una de las chicas dijo que si le hubieran preguntado si quería nacer habría dicho que no: "Para venir a este país así, no".

    Es fuertísimo porque tienen muy claro cómo funciona la retórica diseñada para controlar el cuerpo de las mujeres. Otra chica también mencionó cómo los chicos de 15 o 16 años ya dicen que van a querer tener tres o cuatro hijos, y ellas ninguno. Les parece notable porque ellas están pensando en desarrollar sus carreras. Parece que los roles cambian, pero solo es apariencia: las mujeres se adjudican más responsabilidades y tareas sociales mientras el cambio en los hombres solo tiene que ver con un mayor deseo de ser padres porque sienten que la paternidad les da poder sobre el cuerpo de las mujeres.

    En su libro reconoce que la nueva y polémica Ley de Libertad Sexual asume que el ámbito digital es un espacio más donde se produce la violencia machista. Pese al reguero de rebajas de condenas a agresores sexuales que está trayendo, ¿considera algún otro retroceso o avance? ¿Cuál es su análisis de lo que está sucediendo?

    Yo creo que sí, que hay avances muy importantes para comenzar a crear nuevos argumentos jurídicos que sean aplicables a las nuevas normas sociales. Esto es importantísimo. Pero acá hay varios puntos: uno de ellos es que cuando se acercan las elecciones, las y los políticos empiezan a sacar sus agendas ocultas y a manipular todas las propuestas de ley que han hecho. Y es de democracias débiles sobrerregular y sobrerreglamentar todo: estar creando leyes nuevas todo el tiempo en lugar de fortalecer las preexistentes y hacer valer las normas que se han creado.

    España está en ese momento, en esta corriente neopopulista, en la que lanzan propuestas de ley inacabadas, inadecuadas, inadaptables y que no van de la mano con los avances del sistema y del aparato judicial español. Todas estas nuevas propuestas de ley son como fuegos artificiales que lanzan los políticos y que, además, vienen rodeadas de bulos. Me parece gravísimo, porque a partir de ese momento de produce una discusión pública sobre una ley que solo ha leído el 1% de la población, frente al 98% de las personas que opinan sin saber.

    En consecuencia, no sólo se genera una animadversión entre los diferentes grupos sociales y políticos, sino que reproduce la ignorancia y los bulos sobre la capacidad de una ley para transformar nuestro comportamiento social. Porque, en realidad, de eso se trata: de que las leyes contribuyan a convertirnos en sociedades que tienen una mejor convivencia.

    El primer capítulo de Rebeldes y Libres lo dedica a describir a grandes rasgos las corrientes del feminismo y su historia. Pero lo que se suele entender por "feminismo" en Europa apenas está atravesado por toda la diversidad de puntos de vista feministas que existen.

    Efectivamente. Yo creo que sí hay una gran diferencia entre la forma en que se vive el feminismo, por ejemplo en Europa, en Francia o en España y en Portugal, y cómo se vive en México, en Colombia, en Argentina, en Chile o en Guatemala. Hay una gran cantidad de componentes sociales que las mujeres de ciertas regiones hemos integrado a la lucha feminista, haciéndola mucho más diversa.

    Creo que en Europa hay una especie de conformismo histórico con respecto a cómo se activa y defiende el feminismo. En ese sentido, me parece que es mucho más conservador en Europa que en Latinoamérica o en algunos países asiáticos y árabes.

    Eso tiene muchísimo que ver con que las europeas y en particular las españolas, aunque no todas, viven en una especie de esclavitud del Estado de bienestar. Es decir, que hay un componente importante de cómo el capitalismo y el Estado de bienestar y los gobiernos conservadores han logrado evitar el diálogo público más vital.

    Evidentemente, el feminismo europeo es mucho más filosófico, más de Simone de Beauvoir, y el feminismo latinoamericano es mucho más de lucha de clases, rebeldía atomizada por la corrupción, la impunidad y por la imposición de un patriarcado capitalista. Y esa es la gran diferencia que yo puedo ver como una mujer latinoamericana que vive en España. Creo que eso debilita muchísimo el feminismo.

    Luego, habría que desentrañar cómo sucede el diálogo político y el diálogo público sobre los feminismos y por qué hay personas que sienten que se han apropiado del feminismo desde la política. Esto está generando una animadversión en contra de las mujeres y de las feministas y, por otro lado, está haciendo un juego perverso al patriarcado desde los partidos políticos. Esa es una historia muy distinta y me parece que es muy particular en España en este momento histórico.

    ¿A qué se refiere exactamente con la esclavitud de las mujeres europeas con el Estado del Bienestar?

    Al miedo que tiene la gente en Europa y en España, en particular. Desde mi punto de vista, por ejemplo, en los medios de comunicación. Colegas míos, periodistas, me preguntan por qué pienso que en España no se hace el mejor periodismo de investigación, que lo hay, por supuesto, pero no es visible para la sociedad. Y cuando yo les devuelvo la pregunta a mis colegas, que son buenos periodistas de investigación, la primera respuesta que me dan es que aquí, en España, no les matan como en México, pero les desaparecen socialmente.

    Entonces por eso hablo del patriarcado capitalista y de esta forma de ver la vida desde el Estado de bienestar como un elemento de control sobre la palabra, como un elemento de control sobre la rebelión social y la utilización de nuestra inteligencia, como un contrapoder para avanzar en términos democráticos.

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    Y lo que le pasa a la prensa también les pasa a muchísimos académicos, académicas e incluso activistas que están metidas en el feminismo dando las batallas políticas contra la violencia hacia las mujeres. Hay un momento en que se detienen, y no porque no tengan la valentía, porque vaya que la tienen, pero sienten que van a perder este estatus económico-social, y de credibilidad. Por estar en contra de la ley trans, a algunas feministas las han despedido de su trabajo en la televisión, en la radio o en la prensa. Esas son las lecciones de las redes sociales: tú vas a perder tu trabajo, tu estatus económico y sin él no eres nada.

    ¿Cómo son los feminismos en América Latina?

    Las mujeres viven en grupo, se ayudan y se apoyan económicamente y se sostienen en redes inmensas en toda Latinoamérica. Y en Europa, la gente en ese sentido es muy solidaria hacia fuera, pero ya en la vida privada, es decir, en la necesidad de techo, comida, sustento, etc., cada quien va para lo suyo. Porque esta es una forma de estar y de ser muy europea, que tiene que ver con dar por hecho que el Estado se va a hacer cargo del bienestar de la sociedad.

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    El feminismo español no mira las otras razas, no habla de otras razas, no habla de la descolonización. Hay algunas académicas que lo hacen, pero en general no está en el discurso de las calles o de las feministas. Y en Latinoamérica por supuesto que sí: hablamos de raza, de clase y de religión, incluso de cómo las mujeres viven en ciertos contextos religiosos y cómo desde ahí también pueden ejercer el feminismo o intentan hacerlo contracorriente.


    Parte 1.Lydia Cacho: "El mundo gay es supermachista y está impregnado de patriarcado" leer AQUI

    Fuiente: https://www.elespanol.com/mujer/protagonistas/20230216/lydia-cacho-mundo-gay-supermachista-impregnado-patriarcado/741176054_0.html?fbclid=IwAR0ewjy8yiirvsZpoURA1kgT WWtU2NJrfEBzcoW3hRFsizWlu3fvJYK5QYg
    Editado por última vez por José Benito; https://www.amicsgais.org/forums/member/3-josé-benito en 20 de February, , 21:02:35.
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