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Porque es preciso re-explicar el Informe Kinsey y el Estudio Hooker (Segunda parate) de Jordi Petit.

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  • Porque es preciso re-explicar el Informe Kinsey y el Estudio Hooker (Segunda parate) de Jordi Petit.

    Evelyn Hooker.jpg

    Ver pinchando el titular primera parte: Porque es preciso re-explicar el Informe Kinsey y el Estudio Hookerr (Primera Parte) de Jordi Petit.


    ¿Qué hacer ante los discursos de odio ultras, ante el fanatismo religioso y los actos subsiguientes, desde insultos a injurias y hasta agresiones?.

    De entrada el hecho de nacer y ser persona ya otorga los Derechos Humanos que la ONU proclamó en 1948 y sus ampliaciones posteriores, así como varios principios esenciales de nuestra Constitución. Artículo 10, libre desarrollo personalidad. Artículo14: “iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

    Sin embargo nos encontramos con ataques por causa de la "diferencia" y en este punto hay que decir que la libertad de expresión no ampara a los discursos de odio, es una falacia que usa la intolerancia ultra y religiosa. Sin embargo, debemos responder. Propongo dos vías complementarias ante todo discurso de odio.

    A.-Existen recursos punitivos, como por ejemplo la reforma del Código Penal de 1996, donde una serie de ong's, a propuesta de la Coordinadora Gai-Lesbiana, lograron introducir el agravante para cualquier delito si se ha cometido con ánimo discriminatorio por causa de etnia, religión, ideología, sexo, género, orientación sexual, discapacidad, origen cultural, etc. Aplicable tanto a delitos cometidos por personas físicas, como por funcionariado. Desde entonces hay mucha jurisprudencia acumulada.

    Más tarde la FELGTB siguió ampliando derechos y más derechos, hasta el presente. Nadie nos regaló nada.

    Es necesario e imperativo que la información sexo-afectiva forme parte de todo el recorrido académico, desde la escuela hasta los estudios universitarios y de formación profesional.

    Es imprescindible formar al cuerpo docente en esta temática, tanto respecto de la educación como ante las reuniones del consejo escolar y con las AMPAS. Entiendo que se trata de un todo, sin olvidar la violencia de género, las ETS y los escondidos embarazos no deseados en adolescentes a prevenir, así como difundir los recursos contra el “bulling”, tan presente en los institutos.

    En la medida que el Código Penal -como ley que protege los derechos fundamentales de las personas-condena la discriminación por lgtbi-fobia, no ha lugar a desproteger pues al alumnado de esta información básica para el desarrollo de la persona. Stop a la falacia del Pin.

    B.-Sin embargo hay otro frente ante la lgtbi-fobia, se trata de INFORMAR Y EXPLICAR como la homosexualidad dejó de ser “enfermedad”. Desde el punto de vista histórico -hablamos de varias décadas-, no ha transcurrido demasiado tiempo.

    Hay que hacerlo como si hubiese ocurrido ayer, porque hay mucha gente que lo ignora, que no lo sabe y porque hay quien desde el odio, se empeña en taparlo y confundir.
    Como decía Simone de Bauvoir respecto a los derechos de las mujeres, un cambio político brusco puede acabar con todo lo avanzado.

    Lamentablemente tenemos el ejemplo del reciente retroceso en Afganistán. Los avances de la primera generación del movimiento que ahora llamamos lgtbi -1900/1945- fueron devastados por el nazismo y el estalinismo, algo que es importante incorporar a la memoria histórica, así como la persecución bajo la dictadura franquista.

    Tengo la impresión de que en estos más de 40 años democracia, el traspaso de valores de generación en generación, pues seguro que recoge bastante el avance de los derechos de las mujeres, la atención al medio ambiente, ...pero ignoro si los derechos lgtbi están bien asentados en la última década, especialmente ante los discursos de la ultra-derecha actual y del fanatismo religioso.

    Normalmente los derechos más nuevos, tardan más en formar parte del imaginario colectivo de la sociedad, tardan más en asentarse, son los más frágiles.

    2022, IMPORTANTE DOBLE ANIVERSARIO

    Ahora que estamos recuperando las relaciones sociales tras la pandemia, sería el momento de recordar y difundir los dos trabajos de investigación clave que he mencionado.

    El Informe Kinsey de 1947 (publicado en 1948) y el Estudio de Evelyn Hooker, diez años más tarde, en 1957. Una tarea que sugiero difundir por parte de todo tipo de entidades sociales e instituciones, de centros educativos y especialmente por parte de las asociaciones de voluntariado lgtbi, como motor, pero es una misión común de todas las personas que defienden el principio de igualdad.

    Con estas investigaciones se consiguió sacar a la homosexualidad del apartado de enfermedades mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría de los EEUU en 1973, se creó así un efecto dominó en esa década a lo largo de casi todo el planeta, aunque la OMS tardase hasta 1990.

    Este retraso de la OMS fue básicamente político. Esa votación histórica del 17 de mayo de 1990, no fue posible hasta la caída de las dictaduras militares en América Latina, la disolución del comunismo en Rusia y sus países satélite. Solamente existía entonces un país del integrismo islámico, Irán. Llegó pues la esperada coyuntura perfecta. La International Lesbian & Gay Association (ILGA) coordinó una acción de petición de esa resolución desde todas su asociaciones federadas en más de 200 países, entonces ( ahora son unas 1.600).

    En el caso de nuestro país, la Coordinadora Gai-Lesbiana no tuvo dificultad alguna para que el entonces Ministro de Sanidad, el socialista Julián García Vargas, votase favorablemente.

    El discurso de ultras y cardenales es que “el lobby gay” coaccionó a las asociaciones y colegios profesionales de psiquiatría y psicología, para sacar a la homosexualidad de la lista de enfermedades, es un fraude. Un argumento que cae por su peso, pero que en boca del fanatismo, puede ganar adeptos y que de hecho sustenta las agresiones y los crímenes de odio por lgtbi-fobia, en muchos países.

    A pesar de los recursos legales que amparan a la comunidad lgtbi desde hace años en nuestro país y en otros muchos de la UE, en mi opinión y ante el olvido del origen de nuestros derechos, creo que lo más pertinente es re-explicar que aportaron Kinsey y Hooker hace no tanto tiempo, 75 años y 65 años respectivamente.

    Kinsey evidenció la diversidad afectivo-sexual de la especie humana, a pesar del escándalo que eso produjo entonces. De su inmensa encuesta apareció una escala de conductas que van de la homosexualidad preferente (10%), a la total heterosexualidad con mucha bisexualidad en medio. Es decir se puso de manifiesto un “continuo”, unos grados cuantificados en porcentajes de unas a otras conductas. Todas las encuestas posteriores dieron resultados más o menos parecidos, es decir, cayó la creencia de que la sexualidad “normal” es la heterosexualidad, para reconocer la diversidad.

    Hooker hizo algo tan sencillo como eficaz. Realizó una serie de tests de personalidad a 30 varones abiertamente homosexuales y a 30 heterosexuales, sin mencionar la orientación sexual de nadie. Remitió estos tests a las instituciones de psiquiatría de los EEUU, para que se determinaran quien era homo, bisex o hetero. No hubo manera de diferenciar unos de los otros, y eso influyó mucho en que la ciencia dejase de considerar la homosexualidad como una enfermedad. Tal cual. También se repitieron estos tests mezclados y el resultado seguía siendo el mismo. No hay manera de diferenciar o deducir las conductas sexo-afectivas en base a tests de personalidad.

    Estos estudios contribuyeron a que la psiquiatría decidiera retirar la homosexualidad como enfermedad en 1973.

    Recuperemos los trabajos de Kinsey y Hooker -entre otros- para combatir pre-juicios y condenas injustificables. Sin razones válidas, no hay avances y ahora, ante todo fanatismo, toca informar y explicar, una y otra vez.

    El paso de los años no debe de borrar ni olvidar de donde venimos y que razones justificaron nuestra dignidad como personas, sea cual sea nuestra orientación sexual e identidad de género. Es una responsabilidad común, no solamente de la comunidad lgtbi.

    La ignorancia es muy osada, aclaremos ideas.

    PD. Todos estos datos y muchos más, se encuentran en el libro de Gabriel J. Martín, “Quiérete mucho, maricón”.

    Jordi Petit, activista histórico LGTBI
    Editado por última vez por José Benito; https://www.amicsgais.org/forums/member/3-josé-benito en 7 de May, , 19:59:11.
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